Cuenta la leyenda que Pravaha nació de un encuentro entre Jean-Baptiste, Anaïs y un alquimista egipcio llamado Michael Zayat (Zayat significa «El que hace aceite» en árabe) en Canadá en julio de 2015.
En octubre de 2016, Jean-Baptiste y su esposa volvieron a Quebec para ver de nuevo a Monsieur Zayat, no para crear uno o dos aceites, ¡sino nueve! El número 9, que se encuentra en la duración del embarazo, en el Feng Shui con el 9 Ba Qua que simboliza las 9 partes de un lugar, así como en las 9 necesidades universales de la pirámide de Maslow, en el Eneagrama (un sistema de tipología de la personalidad) y en la numerología, representa un ciclo completo. El número también tiene un significado especial en muchas tradiciones y culturas antiguas.
El resultado de estos 9 elixires o sinergias aromáticas salió a pedir de boca. Los padres estaban encantados y Monsieur Zayat, la comadrona del parto, estaba encantado de que todo hubiera ido tan bien. Michael es reconocido en Quebec e internacionalmente como una referencia en el campo de las esencias, de ahí su apodo de «Alquimista por esencia». En el pasado, también trabajó como comadrón (lo siento, pero todavía no hay masculinización para los hombres en esta profesión).
Pero, ¿por qué estos 9 elixires?
Hemos comprendido la génesis y el proceso de creación, pero ¿de dónde surgió la idea de estos 9 elixires? Estos 9 elixires nacieron de una conexión con 9 guías o arquetipos, cada uno de los cuales representa un chakra, un color y un elemento asociados. Estas vibraciones surgieron de los aromas y las energías que experimentamos durante nuestro viaje. Unos meses antes habíamos decidido dar la vuelta al mundo. Así que la idea era captar y embotellar las energías de los lugares por los que pasábamos.
¿Cómo recibieron estos elixires los primeros clientes?
Jean-Baptiste tuvo la idea de lanzar una financiación participativa, que dejara de lado todas las espérances. Los primeros clientes fueron los participantes en esta campaña de crowdfunding. Nada estaba predeterminado en esta creación; seguimos simplemente el flujo de la vida (de ahí la elección del nombre sánscrito Pravaha como nombre de nuestro viaje por el mundo, que significa «corriente» o «flujo divino»).
En efecto, en aquella época, vivíamos aún como nómadas, con sólo un saco en la cintura, sin la idea de que íbamos a crear una gama de productos.
De boca en boca se propagó rápidamente entre los médicos que eran sus clientes de base, ya que estos elixires aportaban una solución a sus problemas. Para los profesionales de la salud (masajes, tratamientos energéticos, naturópatas, etc.), se trataba de una herramienta sencilla y eficaz para dar autonomía a sus pacientes. La olfatoterapia es sencilla y fácil de usar, y ofrece recursos poderosos para prolongar los efectos de las sesiones, y los resultados positivos suelen observarse rápidamente.